Aunque los orígenes de las fiestas de San Juan del Monte no son del todo certeras, pero todo apunta a que el origen es una romería que los mirandeses y lugareños para rezar y rogarle al Santo de la Ermita situada en La Laguna.
A mediados del siglo XVII, el obispo de Calahorra considero que los peregrinos actuaban de forma inmoral, ya que durante el peregrinaje, los mirandeses se dedicaban a comer y beber. Por este motivo, estudio disolver el peregrinaje, pero finalmente modifico el recorrido y separo a los romeros dependiendo del sexo. Hasta finales del siglo XVIII los romeros se vieron obligados a realizar la romería hacia la ermita sin hablar.
En el siglo XIX no se conoce la popularidad de las fiestas de San Juan del Monte debido a la falta de documentos. Al comienzo del siglo XX se forma la Cofradía de San Juan del Monte, con la intención de regenerar el espíritu de esta fiesta. Es a mediados de este mismo siglo cuando sucede algo digno de los San Juaneros, ya que al conocer la noticia del fallecimiento del Papa Juan XXIII, los romeros y las charangas, pese a encontrarse en plena bajada, se silenciaron para guardar memoria a dicha muerte.