San Juan del Monte

Cuenta atrás para San Juan 2008

Ya es oficial, queda menos de un mes para las fiestas de San Juan del Monte 2008. Así que lava la blusa, comprueba que todavía te entra el pantalón o la falda, echa un vistazo a la faja y al pañuelo para ver si están enteros.

Porque San Juan del Monte 2008 esta a la vuelta de la esquina y no querrás que te pille el toro.

Los periscopios ya estamos ultimando detalles, comida típica pre-bombazo, comida del domingo, la subida al monte del lunes…

Diviértanse y nos vemos por los bares. 🙂

Ya queda menos

La fecha de las fiestas de San Juan del Monte se va acercando y las peñas sanjuaneras van ultimando detalles. Porque aunque no lo parezca, hay que ir preparando todo.

Contactar con el restaurante para la comida, hablar con los patrocinadores sobre la propaganda, ultimar la lista de los miembros que van a estar este año.

Que para que no falte de nada durante las fiestas… hay que prepararlo todo antes… Pero ya saben lo que se dice: «Sarna con gusto no pica«.

El origen de las Fiestas de San Juan del Monte

Aunque los orígenes de las fiestas de San Juan del Monte no son del todo certeras, pero todo apunta a que el origen es una romería que los mirandeses y lugareños para rezar y rogarle al Santo de la Ermita situada en La Laguna.

A mediados del siglo XVII, el obispo de Calahorra considero que los peregrinos actuaban de forma inmoral, ya que durante el peregrinaje, los mirandeses se dedicaban a comer y beber. Por este motivo, estudio disolver el peregrinaje, pero finalmente modifico el recorrido y separo a los romeros dependiendo del sexo. Hasta finales del siglo XVIII los romeros se vieron obligados a realizar la romería hacia la ermita sin hablar.

En el siglo XIX no se conoce la popularidad de las fiestas de San Juan del Monte debido a la falta de documentos. Al comienzo del siglo XX se forma la Cofradía de San Juan del Monte, con la intención de regenerar el espíritu de esta fiesta. Es a mediados de este mismo siglo cuando sucede algo digno de los San Juaneros, ya que al conocer la noticia del fallecimiento del Papa Juan XXIII, los romeros y las charangas, pese a encontrarse en plena bajada, se silenciaron para guardar memoria a dicha muerte.